¿Qué plan de pensiones te conviene más?

Descubre las distintas formas de clasificación de los planes de pensiones y cuál es el que mejor se adapta a tus circunstancias.

La herramienta básica que permite ahorrar más y mejor para la jubilación es el plan de pensiones. No obstante, no son todos iguales y, en función de las necesidades de cada cual, convendrá más elegir uno u otro tipo. Así, en las próximas líneas vamos a ver cuáles son las clases de planes de pensiones con las que podemos encontrarnos teniendo en cuenta la forma de inversión de que se trate.

En este sentido, existe una clasificación básica que habla de planes de renta variable, renta fija y mixtos. Entre ellos se diferencian por los fondos en los que invierten el dinero, es decir, la clase de activos en los que meten el fondo de pensiones, tanto en función del plazo como teniendo en cuenta la clase de activos, además de la manera en que se contabiliza su rentabilidad.

planes de pensiones

Aquí te acercamos, en un sentido más amplio, las distintas clases de planes de pensiones:

Renta fija a corto plazo: son aquellos planes que invierten en bonos y valores de renta fija cuyo plazo de realización o vencimiento no sobrepase, en promedio, los 24 meses. De esta manera, la cartera no tendrá una duración mayor a los 2 años. Por este tipo de restricciones, los planes de pensiones de renta fija a corto plazo son uno de los más demandados a la hora de buscar un refugio para las inversiones y algo de seguridad.

Al tratarse de deuda de los países, la seguridad de los activos es bastante alta, y por ello, las rentabilidades son menos impresionantes que en otros casos, como los planes de pensiones garantizados, por ejemplo.

Renta fija a largo plazo: este instrumento de ahorro invierte en bonos y valores con renta fija cuyo plazo de realización o vencimiento se exceda, de media, los 24 meses. De esta manera, la cartera deberá tener una duración mayor a los 2 años para poder entrar en esta categoría y no quedarse dentro de la renta fija a corto plazo.

La diferencia entre ambas es el riesgo que asumen. Y es que, al ampliarse el plazo, crecen también ligeramente los peligros de que el bono pierda valor en el mercado secundario de deuda. En este sentido, estaríamos ante un tipo de plan de pensiones algo más arriesgado que los de renta fija a corto plazo y, por supuesto, que los planes garantizados.

Renta fija mixta: estos planes se distinguen por ser la rama más conservadora a disposición del ahorrador en este tipo de productos. Aunque los mercados se empeñan en demostrar que invertir en renta fija no está exento de riesgos, se supone que se trata de activos financieros con menos volatilidad y más estables.

Dentro de los planes de pensiones de renta fija hay diferentes categorías y la más arriesgada es la mixta. Por imperativo legal los planes dentro de esta categoría tienen permitido invertir hasta un 30% de su cartera en activos de renta variable, lo que les confiere algo más de flexibilidad en su operativa y la posibilidad de conseguir rentabilidades algo superiores a los otros dos tipos de planes de renta fija: a corto y a largo plazo.

Renta variable: invierten como mínimo un 75% del total de su cartera en renta variable.

Renta variable mixta: son planes que invierten entre un 30% y un 75% del total de su cartera en activos de renta variable.

Garantizados: son fondos que incorporan una garantía adicional y dan un rendimiento prefijado. Estos planes se componen de aportaciones de una fiscalidad diferida que ofrecen una revalorización asegurada a plazo fijo, al contrario de los no garantizados. Esto quiere decir que la entidad bancaria se compromete a reembolsarle al participe la rentabilidad pactada sin tener en cuenta la coyuntura del mercado.

Planes-de-pensiones

Otra forma de clasificarlos puede ser la siguiente:

Asociados, individuales o de empleo

Como ya sabemos, un plan de pensiones es un producto ahorro-inversión que se encuentra vinculado directamente a la jubilación.

Tomando como referencia esta cuestión, básicamente podemos diferenciar tres tipos de planes:

  • Asociados: son para un colectivo determinado.
  • Individuales: para quien voluntariamente quiera suscribirlos.
  • De empleo: son promovidos por las empresas como fórmula de retribución en especie a sus trabajadores.

Sujeto constituyente

Otra forma de clasificarlos puede ser la siguiente.

Según el sujeto constituyente: es muy similar a la clasificación anterior, ya que estos planes tienen que ver con quien los promueves.

Así, los planes de pensiones del sistema individual son los promovidos por una o varias entidades de carácter financiero, entidades de crédito o compañías aseguradoras y cuyos partícipes son las personas físicas que lo contratan.

Por su parte, los planes de pensiones del sistema asociado, son los promovidos por cualquier asociación, sindicato, gremio o colectivo, siendo los partícipes sus asociados y miembros.

Por último, tenemos los planes de pensiones del sistema de empleo, que son los constituidos por cualquier entidad, corporación, sociedad o empresa y cuyos partícipes son sus empleados.

Según las obligaciones estipuladas

En este caso las prestaciones y aportaciones son las encargadas de definir esta clasificación.

Los planes de pensiones son de prestación definida cuando en ellos se define la cuantía de las prestaciones que percibir por los beneficiarios. Una vez fijada la prestación, la aportación se obtiene de la aplicación del sistema financiero-actuarial establecido en el plan y de la evolución de la rentabilidad.

Por su parte son de aportación definida cuando en el momento de la creación del plan de pensiones se define la cuantía de las aportaciones de los partícipes y de las contribuciones del promotor, y en este caso la cuantía de las prestaciones no queda determinada hasta el momento de la contingencia como resultado del proceso de capitalización desarrollado por el plan.

Por último, son planes de pensiones mixtos en el supuesto de que, simultáneamente, se defina la cuantía de la prestación y la cuantía de la contribución.

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