¿Estás perdiendo dinero con tu fondo de emergencia?

Tener un fondo de emergencia es vital para cualquier economía doméstica, pero si la cuantía no se ajusta a tus necesidad, puede hacer perder dinero, y esta no es la única forma en la que te penalizará económicamente.

Uno de los primeros consejos de la mayoría de gurús financieros es constituir un fondo de emergencia para poder hacer frente a cualquier imprevisto económico que pueda surgir. El problema es que dependiendo el tamaño del fondo y en uso que le demos, puede hacernos perder dinero.

La recomendación más habitual por parte de los grandes gurús del ahorro y la gestión financiera es que debemos contar con un fondo de emergencia capaz de cubrir por lo menos seis meses de gastos fijos.

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A bote pronto y dependiendo de cada caso concreto, podemos estar hablando de cerca de 6.000 euros que deberían estar 100% disponibles en cualquier momento. ¿Es demasiado? ¿Y si esa regla hace que tu fondo de emergencia sea demasiado grande y te haga perder dinero en términos reales?

Esta es la pregunta que queremos responder y para ello lo primero que debemos plantearnos es qué constituye en realidad un fondo de emergencia y para qué lo quieres. La mayoría de supuestos hacen el cálculo para prevenir la pérdida de empleo y teniendo en cuenta el tiempo que se tarda de media en volver a encontrar trabajo -en realidad la media estaría entonces en 8 meses-.

Sin embargo, en caso de quedarse sin trabajo la mayoría de gente cobrará el paro -en este punto se supone que los autónomos sí deben tener un buen fondo de emergencia y también que están más acostumbrados a hacer cuentas-. Pero la realidad es que casi todo el mundo utiliza este dinero para hacer frente a pequeños imprevistos como reparaciones del coche, cambio de electrodomésticos y cosas similares. Para evitar esto muchos expertos recomiendan precisamente contar con un presupuesto aparte y menor para afrontar estos gastos o, en su defecto, destinado sólo a la pérdida de trabajo.

Si tomamos como referencia el primer caso, es relativamente fácil prever qué aparatos habrá que reponer, ya que hoy en día hay multitud de sitios donde consultar la vida media de electrodomésticos, coches, ordenadores... Algo parecido puede hacerse con los problemas de salud, que si bien suelen presentarse sin avisar, sí que es posible adelantarse bien mediante el pago de un seguro o creando un presupuesto teniendo en cuenta las estadísticas de enfremedad.

Presupuestar para estas contigencias es relativamente fácil y te permitirá ahorrar, ya que en lugar de necesitar 6.000 euros quizás sea suficiente con tener ‘inmobilizados’ sólo 2.000 euros. Esto no quiere decir que no debas ahorrar los otros 4.000 euros, sólo que además de ahorrarlos, puedes invertirlos y así tu dinero no perderá valor por el efecto de la inflación que ya explicamos en su momento.

La diferencia entre tener tu dinero siempre disponible en una cuenta y hacerlo en un depósito o, todavía mejor, en un fondo de inversión es enorme en términos de rentabilidad.  Y sino, sólo mira lo que obtendrías en cada caso en un periodo de 5 años en los que bien no podrías necesitar usar ese fondo de inversión (impuestos incluidos).

Inversión a 5 años
Liquidez Depósito a un 1 año 1,75% Fondo de Inversión 4%
Año 1 6.000 € 6.085,05 € 6.240,00 €
Año 2 6.000 € 6.189,52 € 6.489,60 €
Año 3 6.000 € 6.295,77 € 6.749,18 €
Año 4 6.000 € 6.403,86 € 7.019,15 €
Año 5 6.000 € 6.513,79 € 7.299,92 €

La diferencia es enorme y todo esto sin tener en cuenta el efecto de la inflación, con el que perderíamos dinero en el caso de mantenerlo en liquidez.

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Imagen –  szefei en Shutterstock

 

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