Los planes de pensiones siempre han sido una herramienta clave para complementar la jubilación y, de paso, optimizar la fiscalidad. Pero ojo, que a partir del 1 de enero de 2025, hay un cambio importante.
Entra en vigor una nueva ley que permitirá recuperar las aportaciones con más de 10 años de antigüedad de manera anticipada.
¿Y esto qué significa? Pues que, si hiciste aportaciones antes del 31 de diciembre de 2015, a partir del próximo año podrás recuperar ese dinero sin necesidad de esperar a la jubilación o a situaciones excepcionales como enfermedad o desempleo. Básicamente, tendrás más libertad para gestionar tu dinero.
Pero, claro, esto abre nuevas preguntas: ¿Cómo elegir el mejor plan de pensiones?
Empezar pronto marca la diferencia
Lo ideal es empezar a ahorrar cuanto antes. ¿Por qué? Por algo que llaman la magia del interés compuesto. No es nada mágico, en realidad, pero tiene un efecto potente: las ganancias que vas generando también empiezan a producir beneficios. Es como si tus ahorros trabajaran para ti.
Cuanto antes empieces, más tiempo tiene ese dinero para crecer. Cuando somos jóvenes, solemos tener más margen de ahorro gracias a mayores ingresos. Además, invertir pronto permite aprovechar la renta variable con menos sustos, porque el tiempo amortigua los altibajos del mercado.
Claves para elegir el mejor plan
Aquí viene lo complicado: ¿cómo sabes cuál es el plan que realmente te conviene? La rentabilidad es lo primero que hay que mirar. Los planes que invierten en renta variable suelen ser los más interesantes a largo plazo porque permiten maximizar tanto el ahorro como los beneficios fiscales.
Otro punto es la capacidad del equipo gestor. No todos los planes son iguales, y mucho depende de quién esté detrás gestionando las inversiones. Por eso, lo mejor es comparar entre distintas opciones y buscar un plan que se adapte a tus objetivos personales.
Y un consejo importante: cuidado con las bonificaciones por traspaso. A veces suenan atractivas, pero pueden esconder comisiones altas o rendimientos bajos a largo plazo. Valora todo el paquete, no solo el gancho inicial.