Un plan de pensiones es principalmente un plan de ahorro que, en un futuro, te proporcionará un ingreso extra aparte de la pensión pública de jubilación que se percibe por parte de la Seguridad Social en caso de haber cotizado lo suficiente. Saber gestionar bien tu plan de pensiones es muy útil para sacarle el mejor provecho.
- Contratación: Para contratar tu plan de pensiones es conveniente acercarse a la oficina de tu entidad bancaria o caja de ahorros donde un experto en productos financieros pueda asesorarte sobre cuál es el plan que mejor se ajuste a tus necesidades o preferencias. A partir de este momento el plan ya está en espera de ser activado.
- Activación: Para activar tu plan, es necesario realizar una primera aportación, tomandose la fecha de dicho acontecimiento como la fecha de inicio del plan de pensiones. Es importante conocer el día exacto para posteriormente poder calcular la antiguendad.
- Aportaciones: Cada uno puede elegir qué tipo de aportaciones quiere realizar. Se puede optar por hacer aportaciones periódicas o a voluntad. En las aportaciones periódicas se puede elegir la periodicidad (mensual, trimestral, semestral o anual), la fecha en la que quieres que se empieze a realizar la aportación y el importe, que puede ser fijo, variable en porcentaje o variable según el IPC, siempre pudiendo modificar las condiciones en el momento en el que el cliente lo decida. Si se decide hacer las aportaciones a voluntad, las aportaciones se realizarán desde la cuenta de domiciliación del cliente, siempre que éste sea el titular.
Ya tienes tu plan de pensiones contratado, activado y ya has hecho varias aportaciones, pero, ¿Cuál es la mejor manera de gestionarlo?
Para gestionar bien tu plan de pensiones tienes que tener muy claro el punto en el que se encuentra el fondo en el que está invertido el plan y recuerda que un mismo titular puede tener varios planes de pensiones: se puede optar por tener unos con más riesgo que otros. Hay dos operaciones que se pueden realizar si el plan de pensiones no nos da la rentabilidad que esperábamos:
- Traslado: Cuando ves que tu plan no va del todo bien y está perdiendo patrimonio, una de las opciones es optar por trasladarlo a otro que esté invirtiendo en otro fondo que esté dando un mayor rendimiento. De esta manera, puedes intentar capear el temporal durante un tiempo intentando buscar la «estabilidad» del patrimonio.
- Rescate: Para rescatar tu plan de pensiones se tienen que dar una serie de contingencias, es decir, puedes rescatarlo por desempleo, por enfermedad grave, jubilación, dependencia y por fallecimiento. Ahora también se pueden rescatar los planes de pensiones con más de 10 años de antiguedad. Así que ésta es otra opción a la que se puede recurrir cuando el plan no está rentando y se quieren disminuir riesgos.
Finalmente y como último consejo para aquellos que quieren seguir manteniendo el plan, el partícipe puede seguir haciendo aportaciones después de acceder a la jubilación. Sin embargo, una vez iniciado el cobro de la prestación por jubilación o prejubilación, éstas irán destinadas exclusivamente a las contingencias de fallecimiento y dependencia.