Si bien el horizonte es lejano, no por ello deja de preocupar el informe elaborado por el Banco de España acerca de la problemática con las pensiones que puede -y de hecho seguramente lo hará- aparecer en el futuro.
El informe es muy claro, y a la vez descansa sobre bases muy lógicas: El sistema de pensiones vigente en España está basado en el reparto y la solidaridad intergeneracional. Esto es: los trabajadores en actividad pagan con sus cotizaciones a los jubilados actuales.
Esto no sería problema si las proyecciones demográficas no señalaran que de aquí al año 2060 va a haber 6,5 millones más de españoles, que vivirán más (la esperanza de vida de hombres y mujeres crecerá en 7,5 y 5,7 años respectivamente) y con una tasa de natalidad escasa (1,39 hijos por mujer). De no actuar, el gasto en pensiones contributivas llegaría al 14% del producto interior bruto (PIB) en 2060 desde el 7,6% de 2007.
Las medidas propuestas para contrarrestar esto, según el Banco de España, serían:
- Extensión de los años para el cálculo de la pensión: no solo los 15 últimos años que se toman en la actualidad.
- Revalorización estricta con el IPC: en el caso de ser inferior al 2% programado en la actualidad, realizar el descuento correspondiente
- Ligar la esperanza de vida a la pensión
- Supresión de topes de los tipos de cotización que se llevan en la actualidad.
- Incremento de las dotaciones al Fondo de Reserva