La pensión de ellas es menor que la de ellos así que deben ahorrar más para su jubilación. Esta es una de las tendencia clave en la jubilación para mujeres que ha llevado al Gobierno a establecer un nuevo complemento para féminas con hijos, y no es única.
Al hablar de la jubilación y de las pensiones tendemos a hacerlo de forma global, sin distinciones de género. Sin embargo, la realidad es tozuda y se afana en demostrar que pese a los esfuerzos por la igualdad, todavía existen diferencias entre hombres y mujeres y la pensión es una de ellas. La retribución de las mujeres jubiladas por parte del Estado es un 38% menor que la del varón, según un estudio de IESE, que cifra en 659 la pensión de ellas y en 1.067 euros la de ellos.
Hay varios factores que influyen en esta diferencia y en que el esfuerzo global de las mujeres para conseguir la misma pensión pública que los hombres sea mayor. Además, a esto hay que sumar otro factor añadido, las mujeres necesitarán más capital que los hombres para la jubilación porque también viven más años.
Diferentes periodos de cotización y sueldos
Una de las principales cuestiones que explican las diferencias de cotización es la evolución social. Dicho de otra forma, que ahora mismo la base de pensionistas la componen muchas mujeres que han vivido principalmente como amas de casa y que por lo tanto no han podido acceder más que a la pensión mínima que en ocasiones complementan con la de viudedad. Con el nuevo rol de la mujer dentro del mundo laboral es de esperar que la diferencia se vaya reduciendo por el aumento de sus periodos de cotización -trabajar frente a no hacerlo-.
Al margen de los periodos de cotización, el sueldo de las mujeres también es menor algo que también afecta al cálculo de la pensión –aquí te explicamos cómo se realiza el cálculo–. Y es que según los datos de la Encuesta Anual de Estructura Salarial un varón gana de media 25.682,05 euros al año por los 19.537,33 euros de las mujeres, lo que supone que ellas ganan un 76,1% del del salario masculino. A menor sueldo, menor base para el cálculo de la jubilación y menor pensión.
El complemento a las madres jubiladas
Una de las últimas medidas del Gobierno ha estado encaminada precisamente a reducir esta diferencia. Se trata del complemento para madres jubiladas con dos hijos o más a partir de 2016 que beneficiará a 123.357 mujeres ese mismo año y a 455.504 hasta 2019.
En concreto, el complemento supondrá un aumento del 5% en la cuantía de las pensiones por jubilación, incapacidad y viudedad para las mujeres que por lo menos hayan tenido dos hijos, un 10% para las que hayan tenido tres y un 15% para las que hayan tenido cuatro o más.
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El esfuerzo ahorrador
Lo que todos estos datos nos dicen es que al final el esfuerzo ahorrador de las mujeres para asegurar su pensión tiene que ser mayor que el de los hombres. Y es que si quiere tener los mismos ingresos que un varón tras jubilarse necesitará destinar un mayor porcentaje de su sueldo para conseguirlo, ya que tendrá que complementar la pensión pública con más capital.
El cálculo es muy simple. Si para llegar a una pensión de 1.500 euros al mes el varón necesita poco más de 400 euros partiendo de los datos de IESE, la mujer necesitará casi 900 euros y tendrá que destinar a la inversión y ahorro parte de su salario para lograrlo. En el caso del hombre, este porcentaje será menor, ya que también parte de una posición más ventajosa. E incluso si ambos quisiesen complementar su pensión con sólo 400 euros, el esfuerzo de la mujer seguiría siendo mayor.
A esto hay que sumar otro contratiempo: las mujeres viven más que los hombres y por lo tanto también necesitan más dinero. La diferencia es de 5,6 años a favor de las féminas. Su tanto hombres como mujeres quisiesen complementar su pensión con 400 euros semanales y partiendo de una esperanza de vida de 85,6 años (la media española), un hombre debería acumular 62.400 euros. La mujer, por su parte, necesitaría 88.800 euros por esos años de más en los que sobrevivirá al hombre.
Cómo complementar la pensión
Y pese a estos datos, según un estudio de Aegon apenas un 36% de las mujeres ahorra o se siente preparada para la jubilación y la mayoría piensa que con los ingresos de su pareja será suficiente para mantener su nivel de vida -apenas un 15% cree lo contrario-.
Ante esta situación es importante recalcar que la incertidumbre ante el futuro de las pensiones hace que sea imprescindible ahorrar e invertir para complementar la pensión pública durante la jubilación. El problema para la mayoría de personas es la falta de formación financiera y la variedad de opciones disponibles. Para simplificar la tarea desde aquí queremos proponer algunas alternativas básicas para ir elaborando una cartera de inversión.
Planes de pensiones y/o fondos de inversión
Su funcionamiento es simular y sus diferencias se pueden resumir en la fiscalidad y la liquidez. Para entenderlo mejor, los planes de pensiones permiten desgravar por las aportaciones, pero no son tan buenos para la renta al rescatarlos y además no se puede recuperar el dinero hasta pasados 10 años –ver más sobre la fiscalidad de los planes de pensiones-. Por su parte, los fondos de inversión no permiten pagar menos impuestos, pero se pueden recuperar en cualquier momento y son, por lo general, más flexibles que los planes.
A partir de ahí, en ambos productos se puede perder todo el dinero invertido si no se realiza una correcta distribución y seguimiento de la cartera.
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PIAS Y PPAs
Entramos en el mundo de los seguros de ahorro. Su ventaja es que en este caso las aportaciones que realices estarán aseguradas. Dicho de otra forma, no perderás el dinero que hayas invertido. La desventaja obvia es que los beneficios serán exiguos, sobre todo si aplicamos el efecto de la inflación.
La diferencia entre ambos es que los Planes Individuales de Ahorro Sistemático ni permiten desgravar en la renta y los Planes de Previsión Asegurados sí, ya que funcionan como un plan de pensiones, sólo que con el capital aportado garantizado.
Y si quieres más, aquí te dejamos otras alternativas a los planes de pensiones.
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