Cuando pensamos en contratar un plan de pensiones, lo común es acudir a nuestra sucursal bancaria habitual para que nos informen y nos asesoren. Con lo cual, pesa de manera notable la vinculación que el usuario mantiene con la entidad financiera con la que habitualmente trabaja, y sin duda, el banco estará interesado en que el usuario contrate el máximo de productos financieros con ellos. Por ello, la opinión que nos de nuestro banquero de confianza puede que esté algo sesgada, aunque esto no tiene porque resultar dañino, ya que es posible conseguir un mayor número de bonificaciones por cliente habitual.
COMPARAR Y ELEGIR
Sin embargo y atendiendo al enorme volumen de planes de pensiones existentes en el mercado, si resulta importante, sobre todo cuanto más cercana se encuentra la jubilación, buscar productos que se ajusten a las necesidades de cada uno y al menos comparar entre las diferentes ofertas.
A la hora de elegir qué plan de pensiones contratar, no debemos caer en la tentación de minimizar la importancia de la elección, y centrar la atención única y exclusivamente en los posibles beneficios fiscales que nos pueden proporcionar dentro de ese concepto de pago diferido que nos aportan.
Al hablar en la elección de un plan de pensiones vamos a encontrarnos con diversos elementos a tener en cuenta aunque todos parten del mismo punto; el perfil de quien se dispone a contratar uno de estos productos.
En este perfil van a influir básicamente dos cuestiones; nuestro nivel de aversión al riesgo y nuestra edad en relación al momento de la jubilación.
En función de estos dos elementos la primera decisión que tenemos que tomar es qué tipo de plan de pensiones deseamos y qué estrategias de inversión resultan más adecuadas dentro de esos planes.
Por lo general, cuanto más cerca esté el inversor de su edad de jubilación, menos riesgos suele tomar, sacrificando rentabilidades por seguridad; en éste grupo entran productos como los planes de pensiones garantizados, las rentas fijas o los planes de pensiones monetarios. Sin embargo no resulta infrecuente sobre todo en momentos de mucho movimiento de mercado, encontrar perfiles más jóvenes acercándose este tipo de productos en espera de mejores momentos de los mercados para volver a productos más agresivos como las rentas mixtas o variables con las diferentes posibilidades que nos ofrece desde productos que mantienen instrumentos de control de la seguridad de las inversiones muy exhaustivos, hasta productos muy agresivos en sus inversiones que buscan alta rentabilidades a largo plazo.
Otra de las cuestiones fundamentales A la hora de la contratación de un plan de pensiones es fijarnos en el histórico de rentabilidades que estos productos presentan. Todas las entidades advierten que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras, y esto es un hecho, sin embargo comprobar las rentabilidades pasadas nos puede permitir acercarnos a productos que mantienen una solidez y estabilidad histórica que los hace al menos desde esa perspectiva más apetecibles.
Otro apartado vigilar por supuesto a la hora de la contratación es el de las comisiones y gastos; que por supuesto pueden acabar definiendo las diferencias entre un producto rentable y otro que no lo sea tanto.
GESTIONAR
Una vez elegido el plan, hay que seguir 3 pasos para ponerlo en marcha:
- Contratación: Para contratar tu plan de pensiones es conveniente acercarse a la oficina de tu entidad bancaria o caja de ahorros donde un experto en productos financieros pueda asesorarte sobre cuál es el plan que mejor se ajuste a tus necesidades o preferencias. A partir de este momento el plan ya está en espera de ser activado.
- Activación: Para activar tu plan, es necesario realizar una primera aportación, tomandose la fecha de dicho acontecimiento como la fecha de inicio del plan de pensiones. Es importante conocer el día exacto para posteriormente poder calcular la antiguendad.
- Aportaciones: Cada uno puede elegir qué tipo de aportaciones quiere realizar. Se puede optar por hacer aportaciones periódicas o a voluntad. En las aportaciones periódicas se puede elegir la periodicidad (mensual, trimestral, semestral o anual), la fecha en la que quieres que se empieze a realizar la aportación y el importe, que puede ser fijo, variable en porcentaje o variable según el IPC, siempre pudiendo modificar las condiciones en el momento en el que el cliente lo decida. Si se decide hacer las aportaciones a voluntad, las aportaciones se realizarán desde la cuenta de domiciliación del cliente, siempre que éste sea el titular.
Ya tienes tu plan de pensiones contratado, activado y ya has hecho varias aportaciones, pero, ¿Cuál es la mejor manera de gestionarlo?
Para gestionar bien tu plan de pensiones tienes que tener muy claro el punto en el que se encuentra el fondo en el que está invertido el plan y recuerda que un mismo titular puede tener varios planes de pensiones: se puede optar por tener unos con más riesgo que otros. Hay dos operaciones que se pueden realizar si el plan de pensiones no nos da la rentabilidad que esperábamos:
- Traslado: Cuando ves que tu plan no va del todo bien y está perdiendo patrimonio, una de las opciones es optar por trasladarlo a otro que esté invirtiendo en otro fondo que esté dando un mayor rendimiento. De esta manera, puedes intentar capear el temporal durante un tiempo intentando buscar la «estabilidad» del patrimonio.
- Rescate: Para rescatar tu plan de pensiones se tienen que dar una serie de contingencias, es decir, puedes rescatarlo por desempleo, por enfermedad grave, jubilación, dependencia y por fallecimiento. Ahora también se pueden rescatar los planes de pensiones con más de 10 años de antiguedad. Así que ésta es otra opción a la que se puede recurrir cuando el plan no está rentando y se quieren disminuir riesgos.
Finalmente y como último consejo para aquellos que quieren seguir manteniendo el plan, el partícipe puede seguir haciendo aportaciones después de acceder a la jubilación. Sin embargo, una vez iniciado el cobro de la prestación por jubilación o prejubilación, éstas irán destinadas exclusivamente a las contingencias de fallecimiento y dependencia.