Los jubilados reciben de media 1,28 euros por cada euro aportado como trabajadores.
La jubilación deseada es la que permite que la calidad de vida que se tenía hasta antes de retirarse se mantenga una vez se pase a ser pensionista. No obstante, esta aspiración no siempre se hace realidad y resulta bastante habitual perder capacidad económica entre el último sueldo que se recibe y la primera paga de la pensión. Sea ésta únicamente pública o bien compensada con un plan de pensiones privado.
Esa conclusión puede sacarse comparando sólo el último salario y el primer pago que se percibe del sistema público de pensiones. Sin embargo, ¿qué ocurre si ese balance se efectúa entre el total de lo cotizado por el trabajador y la cantidad que se le entrega al jubilado desde la Seguridad Social? Siempre es interesante comprobar la proporción entre lo que uno ha aportado durante su vida laboral y lo que después se recibe en la jubilación.
Un sistema de pensiones solidario
La teoría más obvia dice que correlación entre lo cotizado y la pensión que se cobra una vez jubilado debería de tender al equilibrio, o lo que es lo mismo, a ‘tanto das, tanto recibes’. Sin embargo, el sistema de pensiones español es de carácter solidario.
Ello supone que los trabajadores que han cotizado por bases altas no cobran de forma proporcional lo aportado, sino menos, mientras que aquellos que han cotizado pocos años y por cantidades bajas perciben mucho más de lo que han contribuido.
¿Cuánto cobraré de pensión por lo que he cotizado?
Básicamente, lo que muchos asalariados, autónomos o funcionarios se preguntan durante su vida laboral, y también después de ésta, es cuánto van a recibir por lo que previamente han dado.
A esa pregunta se ha dado respuesta en un estudio de las universidades de Valencia y de Extremadura publicado por la consultora Edad y Vida. En él se asegura que los pensionistas se llevan de media entre 1,28 y 1,46 euros por cada euro cotizado en función del impacto que la última reforma de las pensiones -que se aprobó en 2013- tiene sobre la edad efectiva de jubilación.
Antes de esas modificaciones cada pensionista cobraba por jubilación en España entre 1,44 y 1,65 euros por cada euro cotizado en su vida laboral.
Las pensiones irán a menos
Sólo con la comparativa entre las cifras previas y posteriores a la reforma de las pensiones ya resulta obvio que la evolución es negativa para el jubilado, es decir, entre la correlación de lo cotizado con la pensión que se cobra luego.
En ese sentido, es preciso destacar que esa pérdida sólo es el principio de una tendencia que será inevitablemente perjudicial para el pensionista.
Así, el último informe sobre las pensiones públicas elaborado por la Comisión Europea -que toma como referencia datos del año 2015- indica que los pensionistas españoles perciben como promedio un 82% de su último sueldo.
La tasa de sustitución, en descenso
Ese porcentaje, que representa lo que se denomina como tasa de sustitución, irá descendiendo progresivamente. De esta manera, en 2060, la cifra será del 50%. El incremento del número de pensionistas -derivado de una esperanza de vida cada vez mayor- llevarán a esa reducción.
«En España nos jubilamos de media más tarde que nuestros vecinos europeos, a los 62 años, frente a los 61 de Bélgica, los 60 de Portugal o los 56 de Italia. La edad real a la que nos jubilamos los españoles ha ido subiendo de forma paulatina durante los últimos 20 años. De los 60,5 años de media de quienes se jubilaron entre 1995-99 se ha pasado a los 63,4 de quienes lo hicieron en los dos últimos años», señalan expertos en pensiones de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Uno de cada tres vive peor después de jubilarse
Esa reducción de ingresos de los jubilados, así como el estado de salud de cada uno de ellos, obviamente, afecta a la calidad de vida de los pensionistas. En ese sentido, los datos recogidos precisamente por la OCU cobran especial relevancia, al asegurar uno de cada tres jubilados que la calidad de vida empeoró tras retirarse.
Esta situación se da especialmente en aquellos jubilados que tienen ingresos más bajos y se han quedado por debajo del umbral de los 1.500 euros mensuales de pensión. Por el contrario, un 20% de los que tienen un umbral más alto de renta, dice que su calidad de vida ha aumentado.
Además, la jubilación supone un cambio de hábitos: se practican más aquellas actividades más tranquilas y familiares como caminar, pasar tiempo con la familia o actividades culturales.
Pero la falta de dinero también supone cambios importantes, ya que un 44% ha renunciado a la ayuda doméstica, un 40% a comprarse un coche, un 30% a realizar viajes o salir a comer fuera y, por ultimo un 27% no puede ayudar a su familia como le gustaría, concluyen desde la OCU.