Diferencias entre PPA y plan de pensiones

Los planes de pensiones son el producto estrella del ahorro para la jubilación pero no el único. Existen muchas alternativas con sus ventajas y desventajas, pero si hay una obvia, esta son los PPA o Planes de Previsión Asegurado ¿Por qué? Por que son más parecidos que diferentes. ¡Te contamos en qué se parecen, en qué se diferencia y cuando escoger cada uno!

Cuando pensamos en invertir para la jubilación surge de forma casi automática la palabra plan de pensiones. Es lógico, ya que se trata del producto más contratado, el que con más ahínco comercializan los bancos y el que más acostumbrados estamos a ver como posible complemento a la pensión. Además, los planes de pensiones también son los que cuentan con mayores incentivos fiscales a largo plazo  al permitir pagar menos impuestos en la declaración de la renta -y todos sabemos que la mente humana no está precisamente diseñada para pensar largo plazo-.

Diferencias entre un PPA y un plan de pensiones

 

Por fortuna, el mundo de los productos financieros es rico y existen múltiples alternativas a los planes de pensionesEn esta ocasión queremos centrarnos en los Planes de Previsión Asegurados o PPA, que podríamos bautizar como los ‘primos-hermanos’ de los planes de pensiones.

¿Cómo funciona un plan de pensiones?

Aunque la mayoría tiene una idea de cómo se articula un plan de pensiones, nunca está de más repasarlo antes de compararlo con el PPA. Un plan de pensiones se articula en torno a un fondo de pensiones. De hecho, el plan es la forma de comercializar el fondo de pensiones ¿Y qué hace el fondo de pensiones? Pues al igual que un fondo de inversión, se dedica a invertir dinero para obtener rentabilidad. En este sentido, el fondo puede ganar o perder dinero y los derechos consolidados (capital aportado más rendimiento) del partícipe así lo registrarán.

Para proteger al partícipe, existen una serie de categorías de fondos de pensiones que delimitan en qué tipo de activo puede invertirse el dinero. De esta forma, un fondo de renta fija mixta tendrá que invertir por lo menos un 30% del capital en renta fija.

La ventaja de los planes de pensiones reside en su fiscalidad, ya que las aportaciones permiten minorar la base imponible. Es decir, lo invertido hace que pagues menos impuestos en la declaración de la renta porque el dinero aportado se resta al capital que Hacienda toma como punto de partida para cobrarte impuestos. Con la reforma fiscal, se pueden reducir hasta 8.000 euros al año por contribuyente.

Además, no pagarás impuestos hasta que recuperes el dinero, de forma que la fiscalidad queda diferida hasta la jubilación o que se cumpla una de las contingencias del rescate del plan. Y esta es la gran desventaja de los planes de pensionesNo es posible recuperar el dinero en cualquier momento, sólo pasados diez años de la primera aportación y además, en ese caso sólo podrás recuperar el dinero invertido en ese momento. Si quieres recuperarlo todo, tendrás que esperar a la jubilación. Esta falta de liquidez y una fiscalidad no tan buena al rescatar el plan, son los peajes a pagar por poder desgravar año a año en la declaración de IRPF.

¿Cómo funciona un PPA?

Un Plan de Previsión Asegurado es en realidad un seguro de vida-ahorro. Este se articula en torno a una póliza de vida que asegura que recuperaremos el 100% del dinero invertido más una rentabilidad mínima pactada a la que después se puede sumar una rentabilidad variable. En este caso el PPA también invertirá el dinero, aunque poco nos importa en qué o como salvo para la parte variable.

Entre sus ventajas, disfrutar de la misma fiscalidad que los planes de pensiones para las aportaciones. Dicho de otra forma, también permiten pagar menos impuestos y diferir el pago de los mismos al momento del rescate en el que, además, se aplicarán las mismas reglas que los planes.

Diferencias en un plan y un PPA

Aunque hablamos de productos diferentes -un plan de pensiones y un seguro de ahorro- las diferencias entre los planes de pensiones y los planes de previsión asegurados se pueden resumir en una: rentabilidad variable frente a rentabilidad asegurada. 

Con el plan de pensiones puedes perder dinero si no aciertas con tus inversiones -salvo en el caso de los planes garantizados-, algo que no sucede con el PPA.  Pocas veces reparamos en ello, pero al igual que el gestor del plan puede hacerlo muy bien, puede darse la situación de que el plan pierda dinero y por lo tanto ni siquiera tengas lo aportado cuando te jubiles. Precisamente por eso es tan importante mover el plan de pensiones e ir rotando de planes más agresivos y arriesgados hacia otros más conservadores conforme se acerca la edad de jubilación

En el caso de los PPA el capital y el beneficio están asegurados y sabes que, llegado el momento de la jubilación, podrás contar por lo menos con lo aportado más la rentabilidad mínima pactada.

¿Con cuál me quedo?

Partimos de una base muy clara: no hay por qué elegir uno u otro, como tampoco hay por qué contratar ninguno de los dos. En este sentido, el plan de pensiones puede ‘atacar’ la parte más arriesgada de la inversión y el PPA la más conservadora -de hecho, así maximizarías las cualidades de cada uno de ellos-. Así, los planes de pensiones invertirían en renta variable y con el PPA asegurarías tu capital más una rentabilidad mínima por si plan no funciona como habías pensado. Eso sí, al hacerlo piensa que el límite de 8.000 euros de aportaciones se aplicará a la suma del plan y del PPA.

Una buena estrategia en este punto sería la de invertir en planes hasta llegar a los 40 años  en ese momento empezar a destinar algo del capital de ahorro para la jubilación a un PPA, que garantizará parte del patrimonio que estás construyendo. La alternativa dentro de los planes de pensiones sería un garantizado, con la diferencia de que en este caso habrá una fecha muy clara de vencimiento.

Otra cuestión es si hay herramientas mejores que los planes y los PPA para conseguir este objetivo como pueden ser los fondos de inversión para la parte variable y un plan de pensiones garantizado para la fija. En este punto es ya cuestión de gustos, porque si algo está claro es que en cuestiones de inversión casi todos los productos son compatibles y quien tiene un plan puede tener un PPA y también un fondo de inversión o ETFs. La clave está en saber diversificar y desarrollar una cartera bien estructurada.

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Imagen – Menzl Guenter y Lisa S. en Shutterstock