Nuestro país se encuentra, sin duda alguna, bastante por detrás del resto de países de la Unión Europea en cuanto a lo que el sistema de pensiones se refiere, pudiendo destacar especialmente el ámbito de desarrollo de la previsión social complementaria.
Los datos lo demuestran claramente: en España, se destina apenas la mitad de la media de la UE a los incentivos fiscales para el ahorro privado. No obstante, esta cifra se empequeñece todavía más si ponemos la mira en países como Holanda y la comparamos con nuestro país.
Todas estas cifras han sido recogidas en un informe publicado este pasado miércoles por el Instituto de Estudios Económicos, titulado El marco fiscal de los planes de pensiones. En él, se detalla la fiscalidad del ahorro en toda la Unión Europea.
Incentivos fiscales
Si continuamos comparando los diferentes niveles de los que dispone el incentivo fiscal teniendo en cuenta el volumen de las aportaciones de cada país, y la media de la OCDE, podremos ver como en España el nivel de aportación existente apenas alcanza un 58% de la media total de la que dispone la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. En otras palabras, la intensidad media de este incentivo se encuentra 40 puntos porcentuales por debajo del resto.
Por otro lado, si la comparación de datos la realizamos entre nuestro país y la media de la UE, en el cual el promedio es algo peor que el de la Organización, veremos que el sistema de incentivos fiscales español ocupa el 65% del total en la media europea. Sea como fuere, España se encuentra lejos de conseguir llegar al mismo nivel que muchos de los países pertenecientes a la Unión o a la propia OCDE.
No tenemos más que ver como Irlanda se encuentra ya por encima del 170% de la media de dicha Organización, siendo por tanto un incentivo que consigue triplicar las cifras españolas. Pero la cosa no acaba aquí. Puestos a analizar este modelo de ahorro, nos encontramos con una serie de aspectos concretos en los que también encontramos grandes diferencias.
Una de ellas es el tamaño de los fondos de pensiones en relación al PIB, en el cual el rango de variación resulta especialmente importante. Tomando como referencia países europeos que disponen de sistemas privados de inversiones fuertes, entre los que se encuentran Holanda, Suiza o Reino Unido, podremos ver como los fondos de pensiones son capaces de canalizar el ahorro privado. De tal manera que constituyen el principal proveedor de capital a la industria, al mismo tiempo que constituyen la parte más importante de la tasa de sustitución del sistema. Algo que no tiene nada que ver con la situación española, en la cual no se llega a alcanzar ni el 10% del valor del PIB.
De hecho, es importante destacar que en España no disponemos de ventajas fiscales respecto al rescate de los planes de pensiones, al contrario de lo que sucede en muchos países. Respecto a este tema, el informe añade que, por ello, sería conveniente a la hora de realizar cualquier tipo de conclusión, desenfocar la atención exclusiva a las aportaciones, lo que normal, y erróneamente, se hace cuando se analiza esta cuestión.
De esta forma, los países con peor tratamiento fiscal del rescate, tal y como resulta ser el caso de España, han de cuidar especialmente los incentivos en las aportaciones, ya que, de otra forma, desaparecería el estímulo fiscal derivado del diferimiento.