Para paliar el aumento del déficit de nuestro sistema de pensiones, el gobierno de Mariano Rajoy decidió hace dos años poner en marcha una serie de medidas que ajusten la cuantía en materia de jubilaciones para que puedan mantenerse en el tiempo. Entre ellas está el factor de sostenibilidad, que puede afectar a nuestra pensión.
Básicamente este factor tendrá en cuenta la esperanza de vida a la hora de calcular la pensión inicial que cobrarán los nuevos pensionistas por lo que si la esperanza de vida aumenta, la pensión inicial se reducirá con el con objetivo de asegurar la sostenibilidad del sistema de pensiones. Y es que hay que entender que los países desarrollados se caracterizan por tener una pirámide de la población invertida con una gran masa envejecida, frente a un descenso de la natalidad, y por tanto, de la población activa, que supondría la base más estrecha. Es decir, cada vez hay menos gente joven, menos gente que trabaja y cotiza, y más que no trabajan, pero tienen derecho a cobrar su pensión. Es por ello que los gobiernos tratan de encontrar la fórmula mágica que les permita la sostenibilidad. Y es que en España se espera que a mediados de siglo haya el doble de pensionistas que ahora (unos 15 millones), mientras que la población activa va en descenso.
Entre en vigor en 2019.
De momento, las personas que accedan a la jubilación en los próximos tres años no deben preocuparse por el impacto del factor de sostenibilidad en su pensión, ya que no se aplicará hasta 2019. A falta de que se forme el Gobierno salido de las urnas el 20 de diciembre del año pasado, el Ejecutivo anterior aseguró que así se deja un período suficientemente amplio como para que los potenciales pensionistas puedan ser informados de las consecuencias de la puesta en práctica del factor y tomar medidas, en caso de considerarlo necesario. La estimación de la esperanza de vida que se tendrá en cuenta en el factor de sostenibilidad se revisará cada cinco años. Como lo previsible es que la expectativa de vida aumente en el futuro, las prestaciones mensuales serán poco a poco más bajas. El Gobierno calcula que con estas medidas el sistema se ahorrará cerca de 33.000 millones de euros entre 2014 y 2022.
En definitiva, se trata de unos cocientes que irán en función de factores tales, como la esperanza de vida, los ingresos del sistema y los gastos del sistema. Para lo primero, en vez de relacionar la subida de las pensiones al IPC, se introducirá un nuevo índice independiente que considerará (durante los 6 años anteriores y los 5 posteriores a la norma), algunos factores como la predicción de la inflación media, el saldo del sistema (deficitario o en superávit) y la tasa de sustitución. Para segundo factor se recalcularán las pensiones en función del momento en que éstas se otorgan y el momento en el que el jubilado comienza a percibir su prestación. Esto significa que los jubilados se tendrán que retirar más tarde para cotizar más y conseguir la misma pensión, puesto que la esperanza de vida cada vez es mayor y estarán más años cobrando la prestación. Para la revisión de la esperanza de vida de los pensionistas de 67 años, se servirán de unas tablas elaboradas por la Seguridad Social sobre la mortalidad de la población pensionista.
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