No debemos caer en la tentación de minimizar la importancia de la elección de un plan de pensiones, y centrar la única y exclusivamente en los posibles beneficios fiscales que nos pueden proporcionar dentro de ese concepto de pago diferido que nos aportan. Es evidente que la fiscalidad de los planes de pensiones los convierte en productos atractivos, pero los planes de pensiones deben ser mucho más o debieran ser considerados mucho más que un mero beneficio fiscal.
Al hablar en la elección de un plan de pensiones vamos a encontrarnos con diversos elementos a tener en cuenta aunque todos parten del mismo punto; el perfil de quien se dispone a contratar uno de estos productos.
En este perfil van a influir básicamente dos cuestiones; nuestro nivel de aversión al riesgo y nuestra edad en relación al momento de la jubilación.
En función de estos dos elementos la primera decisión que tenemos que tomar es qué tipo de plan de pensiones deseamos y qué estrategias de inversión resultan más adecuadas dentro de esos planes.
Pensiones de jubilación mínimas en la actualidad
Jubilación | Con cónyuge a cargo | Con cónyuge no a cargo | Unipersonal |
Con 65 años | 780,90€ | 600,30€ | 632,90€ |
Menor de 65 años | 731,90€ | 559,40€ | 592,00€ |
Con 65 años procedente de gran invalidez | 1171,40€ | 900,50€ | 949,40€ |
Se suele asociar edades avanzadas con cercanía a la jubilación con productos que no expongan las aportaciones, aunque, sacrifiquen rentabilidades posibles por seguridad; aquí entran o como productos como los planes de pensiones garantizados, las rentas fijas o los planes de pensiones monetarios como opciones más claras. Sin embargo no resulta infrecuente sobre todo en momentos de mucho movimiento de mercado, encontrar perfiles más jóvenes acercándose este tipo de productos en espera de mejores momentos de los mercados para volver a productos más agresivos como las rentas mixtas o variables con las diferentes posibilidades que nos ofrece desde productos que mantienen instrumentos de control de la seguridad de las inversiones muy exhaustivos, hasta productos muy agresivos en sus inversiones que buscan alta rentabilidades a largo plazo.
Otra de las cuestiones fundamentales A la hora de la contratación de un plan de pensiones es fijarnos en el histórico de rentabilidades que estos productos presentan. Todas las entidades advierten que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras, y esto es un hecho, sin embargo comprobar la rentabilidades pasadas nos puede permitir acercarnos a productos que mantienen una solidez y estabilidad histórica que los hace al menos desde esa perspectiva más apetecibles.
Otro apartado vigilar por supuesto a la hora de la contratación es el de las comisiones y gastos, al que dedicaremos un artículo en un futuro próximo, y que por supuesto pueden acabar definiendo las diferencias entre un producto rentable y otro que no lo sea tanto.