Que el ahorro para la jubilación y los españoles no son buenos amigos no es ningún secreto, pero una cosa es invertir poco en planes y otra prácticamente no invertir. Descubre si el dinero que destinas a complementar la pensión está o no en la media nacional y si debes aumentar tus aportaciones.
La preparación de los españoles para la jubilación está por debajo de la media europea según el último estudio de Aegon y al parecer también lo están sus aportaciones a planes de pensiones. Cada vez que se habla de ahorro a largo plazo para la jubilación surge el debate sobre los planes de pensiones como principal vehículo de inversión.
Los planes son uno de los productos a los que más esfuerzos comerciales dedican los bancos y es el primero que se menciona al cliente cuando busca invertir para su jubilación. El retorno inmediato que supone poder desgravar por las aportaciones hace que sean atractivo también para el pequeño ahorrador. Y es que pocas cosas hay más gratificantes que pagar menos impuestos.
Los datos globales hablan de un aumento de contratación. Por primera vez el patrimonio neto de los planes de pensiones superó los 100.000 millones de euros. Además, las aportaciones se incrementaron un 17,23% en 2014 con 3.740 millones de euros, lo que supuso el segundo repunte consecutivo tras el 5,85% anotado en 2013.
Y sin embargo, estos números no cuentan toda la historia
¿Un producto para pocos?
Los datos también hablan de una enorme diferencia en la forma de inversión en planes de pensiones y en la cuantía. Tanto es así que el 75% de los aportantes apenas destinaron 25 euros mensuales o 300 euros al año a su plan de pensiones. A esto hay que sumar un 12,34% que apenas aportó entre 301 y 900 euros a este vehículo y el 4% que sumó entre 901 y 1.800 euros según la Memoria Anual de la Dirección General de Seguros y Planes de Pensiones.
Por el contrario, apenas un 1,4%, apenas 140.000 personas, realizó aportaciones por encima de los 6.000 euros anuales y entre ellos sumaron prácticamente el 25% de las aportaciones totales.
Estos datos confirman que a día de hoy, los planes de pensiones son sólo para una minoría y validan los cambios que la reforma fiscal introdujo sobre este producto. Para entenderlo, hay que recordar que los planes de pensiones permiten reducir la base imponible del IRPF, lo que se traduce en pagar menos impuestos.
Su funcionamiento básico es sencillo. Lo aportado al plan se restará al dinero por el que tributamos en la declaración de la renta, lo que hará que el porcentaje total que destinamos al pago de impuestos -el tipo impositivo- sea menor que al final el resultado del IRPF, mejor. Por eso, cuanto más dinero se haya ganado, mayor será el beneficio. Para evitar que nadie pueda dejar la base imponible a cero, existen una serie de límites a la inversión que se puede realizar.
La reforma fiscal que entró en vigor en 2015 redujo esos límites a 8.000 euros independientemente de la edad del partícipe del plan. Hasta entonces y en la renta 2014, el máximo estaba fijado en 10.000 euros para los menores de 50 euros y 12.500 para los mayores.
El cambio suscitó críticas por parte del sector de planes al ver limitados los privilegios fiscales de este producto. Sin embargo, a la luz de los datos sobre las aportaciones medias que realizan los españoles, parece que la medida sólo afecta a unos pocos.
Además, a cambio de este ligero empeoramiento los pequeños ahorradores podrán recuperar el dinero de su plan pasados 10 años desde la primera aportación a contar desde 2015.
Si quieres saber más sobre cómo tributan los planes, consulta nuestra guía fiscal de planes de pensiones.
Otra cuestión diferente es que el plan de pensiones sea el mejor vehículo para ahorrar para la jubilación o que otros como los fondos sean más adecuados y transparentes. Aquí te descubrimos las ventajas y desventajas de cada uno.
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