La mayoría de personas que contrata un plan de pensiones tiende a olvidarse del mismo y recurrir a él una vez al año como fórmula para pagar menos impuestos. Si no quieres formar parte de esa mayoría que no saca partido a su plan, estas son tres cosas que debes hacer después de contratarlo.
La historia se repite casi a diario, especialmente en los meses donde abundan las promociones de planes de pensiones –AQUÍ reunimos las más interesantes-. Un ahorrador se dirige a la oficina de su entidad financiera buscando un plan de pensiones, el directo o el asesor le ofrecen varias opciones y, en el mejor de los casos, estudiará cada plan en casa para después decidirse. En el peor, contratará en ese mimos momento haciendo una primera aportación que cargará directamente a su cuenta del banco. ¿Y después? Dejará pasar el tiempo, seguramente cerca de doce meses, y no se volverá a preocupar hasta que se acerque el final de año y piense en cómo pagar menos en la declaración de la renta.
Y es que a día de hoy todavía muchas personas contratan un plan de pensiones para ahorrar pero pensando sobre todo en sus impuestos –AQUÍ puedes ver cuánto ahorrarás en la renta con tu plan-. Se trata de un motivo tan válido como cualquier otro, el problema es que después suele llevar aparejados una serie de comportamientos nocivos para sacar el máximo partido a esta inversión, que además se suele aumentar año tras año con nuevas aportaciones.
Estas son las tres cosas que debes hacer después de contratar el plan y que Fernando Luque nos recuerda desde MoriningStar:
- Esperar a diciembre para hacer la aportación anual. Este es un error muy repetido. La mayoría de personas prefiere no comprometerse a aportaciones mensuales para disponer de mayor flexibilidad. El problema es que llegado el mes de diciembre, la cuenta de aportaciones puede estar a cero y habrá que hacer un esfuerzo extra para invertir y así poder desgravar. En este sentido, es mejor ir aportando mensual o trimestralmente. En el primero de los casos, si estableces una transferencia automática desde tu cuenta corriente al plan a principios de mes, casi no te enterarás de que no cuentas con ese dinero.
- Repasa la política del fondo de pensiones. En su momento ya te explicamos las diferencias entre el plan de pensiones y el fondo de pensiones. No te olvides de vigiar si hay cambios en el fondo de pensiones y su política de inversión porque ésta afectará a los resultados que puede obtener y, sobre todo, porque puede no estar alineada con tus objetivos. Recuerda que tu plan y los riesgos que asumes deben adaptarse a cada etapa de tu vida y que por eso conforme vayas cumpliendo años lo más lógico será que traspases tu plan hacia otros más conservadores para no perder las ganancias que hayas acumulado.
- Revisa la evolución de tu plan. No hacerlo es el error más repetido. Del anterior punto ya habrás deducido que debes seguir la evolución de tus inversiones para que éstas se adapten a tus objetivos y esto también incluye la rentabilidad del plan. No hay que olvidar que los planes de pensiones no garantizan recuperar el dinero, así que debes tener controlado en todo momento cómo lo está haciendo el que tengas contratado. No es cuestión de que te alarmes si baja y cambies a la mínima caída, pero sí de que controles su tendencia. Si la caída es prolongada, quizás sea el momento de cambiar hacia otro plan con una política distinta o que invierta en otros sectores.
No olvides revisar estos tres puntos de forma periódica y verás como sacas más partido a tu inversión y tus ahorros crecen más rápido.
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