Los planes de pensiones son la primera opción que suele venir a la cabeza al hablar de ahorro para la jubilación. Sin embargo, también son una de las herramientas de inversión peor gestionadas por los españoles. Estos son los cuatro errores más habituales y cómo ponerles remedio.
Si has acudido a tu oficina bancaria para preguntar por ahorro a largo plazo y para la jubilación a buen seguro habrás salido con una o dos propuestas sobre planes de pensiones bajo el brazo, del mismo modo que si has preguntado cómo pagar menos impuestos. Los planes de pensiones son un producto recurrente para bancos y asesores fiscales y uno de los más conocidos por el ahorrador español.
Quizás por lo extendido de los planes y por el propio perfil conservador del ahorrador español, también son uno de los vehículos de ahorro con los que más errores se cometen. Estos son los cuatro más repetidos y también más importantes.
Invertir sólo para deducir
Este es quizás el principal fallo de buena parte de los españoles. Los planes de pensiones permiten pagar menos impuestos por el dinero que se aporte –aquí te explicamos cómo y cuánto exactamente– pero esta ventaja tiene sus peajes que conviene conocer. El primero es que no podrás recuperar el dinero en cualquier momento, sólo ante determinadas circunstancias y para hacerlo de forma voluntaria tendrás que esperar por lo menos 10 años desde la primera aportación.
La posibilidad de desgravar en el IRPF durante la vida del plan tiene un segundo punto, el del rescate. Al recuperar el dinero del plan de pensiones, éste computará como parte del salario y dentro de la base imponible general, por lo que es fácil que pagues más impuestos que con otros productos. Si quieres saber más sobre la fiscalidad del rescate de tu plan, aquí te lo contamos todo.
Pensar que los planes no pierden dinero
Este es más un error de concepto que de ejecución. Está muy extendida la idea de que con el plan no se pierde dinero cuando no hay nada de cierto en ella. Los planes de pensiones, como ocurre con los fondos de inversión, pueden sufrir pérdidas y de hecho es relativamente fácil que lo hagan si invierten por ejemplo en renta variable.
Lo primero que hay que pensar al invertir en un plan es que se puede perder parte o e incluso la totalidad del dinero ahorrado -esto último es difícil-. Sólo los planes garantizados, aseguran el capital invertido, pero a costa de unos beneficios potenciales mucho menores.
No hacer una gestión activa del plan
Fruto del error anterior, muchos ahorradores contratan un plan y lo mantienen durante toda su vida. Como ya hemos comentado en varias ocasiones, las necesidades financieras de las personas cambian con el paso de la edad, igual que las personales. Lo que más suele cambiar es el perfil de riesgo. Dicho de otra forma, no es lo mismo invertir con 20 años, cuando hay tiempo para recuperarse de eventuales caídas si estamos ahorrando para la jubilación, que hacerlo con 63 años, cuando sólo quedan cuatro para jubilarse. En el segundo caso la lógica nos dice que no querremos correr riesgos, algo que sí se puede asumir en el primer ejemplo.
Estos riesgos se gestionan haciendo un seguimiento del plan o planes y cambiando de plan cuando éste no se adapte a nuestras necesidades o sufra pérdidas.
No buscar alternativas
El último error típico pasa por no buscar alternativas a los planes de pensiones, pensar que éste es el mejor producto para la jubilación, cuando lo cierto es que ésto dependerá de tus conocimientos, ganas de aprender y necesidades.
En este sentido el funcionamiento de los fondos de inversión es muy similar -salvo por las ventajas fiscales en las aportaciones y cómo tributan al recuperar el dinero- y cuentan con la ventaja de que podrás hacer efectiva la inversión en cualquier momento. Y este es sólo un ejemplo. Aquí te dejamos cuatro productos alternativos, con sus ventajas y desventajas.
Imagen – In Tune y