Si bien durante todo el año se prodigan las bonificaciones para el traspaso de planes de pensiones, es cierto que según acaba el ejercicio, en los últimos meses del año, estas bonificaciones se multiplican invitando al usuario a cambiar de entidad sus planes de pensiones, o, a generar nuevos productos si no los tuviera. Sin embargo, ni todas las bonificaciones son iguales ni necesariamente pueden ser interesantes a medio o largo plazo.
A la hora de valorar la posibilidad de trasladar nuestro plan de pensiones a otra entidad, es cierto que el atractivo que una bonificación puede ofrecer es un elemento a tener en cuenta, sin embargo, sólo tomar como referencia la posible bonificación para justificar un cambio puede ser una mala idea, veremos cómo analizar si nos conviene o no realmente cambiar nuestro plan de pensiones de entidad.
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¿Qué tenemos?
Sin duda esta es la primera reflexión que debemos hacer. Debiéramos tener en cuenta el plan de pensiones que poseamos y valorarlo en contexto, es decir, a que nos obliga en relación a la entidad en la que lo tenemos suscrito; en muchas ocasiones forman parte de acuerdos globales de vinculación con otros productos, y su traspaso puede suponer penalizaciones.
Además de lo anterior obviamente tenemos que valorar el grado de satisfacción con nuestro plan de pensiones. Esto es algo que no solemos realizar, básicamente porque desconocemos en gran medida el funcionamiento de estos productos, baste recordar que en un estudio realizado a comienzos del presente año el 75% de los suscriptores de planes de pensiones declaraba desconocer las características principales de sus productos. Por tanto, sería importante analizar la evolución del plan de pensiones que mantenemos suscrito, valorar como ha progresado y qué perspectivas tiene antes de dar ningún paso.
Por supuesto, otra opción muy a tener en cuenta es negociar con la entidad financiera donde se haya suscrito el plan para buscar posibles mejoras al mismo en lugar de trasladar el dinero a otra entidad, no siempre tiene respuesta positiva, pero, podemos obtener algunas mejoras interesantes que en conjunto nos harán pensar en lo oportuno o no del traspaso.
¿Qué nos ofrecen?
Por supuesto esta es la segunda parte que debe hacernos reflexionar. Por un lado obviamente lo más visual es la bonificación que se nos ofrezca, estas bonificaciones como lo veremos, suelen tener un porcentaje determinado sobre el dinero traspasado como objeto de bonificación en metálico u ofrecer opciones alternativas compensatorias. Sin embargo, una vez conocido el modelo de bonificación que se nos ofrece resulta obligatorio el hecho que vinculaciones conlleva aceptar dicha bonificación. Y sin duda este es uno de los elementos fundamentales en todo el análisis.
Realmente no existe bonificación sin obligación de permanencia, se trata de algo lógico ya que de no darse de esta manera el usuario saltaría anualmente de un producto a otro en busca de las posibles modificaciones en metálico generalmente la permanencia obliga a un periodo de años de presencia como suscriptor de los planes de la entidad a la que hemos traspasado el producto, aquí podemos encontrar diferencias; no todas las entidades exigen los mismos niveles de permanencia, aunque, no esperemos tampoco grandes diferencias.
Analizado el grado de permanencia llega el momento de comparar productos, evidentemente esta es otra fase fundamental en la que vamos a contrastar lo que se nos ofrece frente a lo que tenemos, debemos ser muy cuidadosos en el análisis ya que no sólo se trata de un producto en concreto sino realmente de la gama de planes de pensiones a los que podemos acceder y en los que podemos movilizar nuestro dinero, una buena oferta de traslado en dirección a una entidad con poca variedad puede limitar la configuración de nuestra cartera a medio plazo al menos durante el periodo de permanencia obligatorio.
Por último, por supuesto, se hace también importante valorar los costos y gastos que puede llegar a suponer un producto sobre otro, generalmente tampoco vamos a encontrar grandes diferencias, pero, el conjunto del todo el análisis suma elementos de juicio suficientes entre los que por supuesto tienen que estar los gastos.
Conclusiones
Traspasar planes de pensiones basándose exclusivamente en la bonificación, como ya hemos indicado no es una buena idea como punto de partida. El escenario ideal para que estas bonificaciones resulten verdaderamente atractivas es aquel en el que mejoramos a todos los niveles;
- mejor producto destino
- mejor gama de planes de pensiones
- mejores condiciones generales y de gastos del producto
- niveles de permanencia aceptables
- poca o ninguna exigencia de vinculación
Si todos estos elementos se cumplen evidentemente estamos ante una oferta interesante y digna de ser tenida en cuenta, cuando sólo se cumplen una parte de dichos elementos obviamente la decisión del usuario es más compleja, y tiene más que ver con sensaciones personales respecto a las entidades que realmente con un criterio de valoración de producto exclusivamente.
Bonificaciones al traspaso de planes en vigor
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