Es un hecho que muchas personas no consiguen lograr que su relación gastos/ingresos no se lo permite. Pero, también es un hecho, que existen muchas personas que podrían ahorrar con relativa facilidad y que no lo consiguen. En este artículo hemos a analizar algunas claves para entender los motivos por los que a veces parece imposible ahorrar a largo plazo.
En primer lugar, obviamente, para quien resulta ajeno el hábito del ahorro, resultará difícil plantearse ahorrar en cualquier plazo. Por tanto, obviamente, analizar y tratar de modificar estas claves será más fácil para quien tiene algún tipo de hábito de ahorro por pequeño que sea.
Falta de objetivos
Bien, hay que precisar que, al menos en este caso, estamos hablando del ahorro a largo plazo. Esto es importante ya que cuando hablamos de la jubilación, para muchos de los trabajadores jóvenes y de mediana edad, el futuro sobre las presiones es, cuando menos incierto, y el ahorro para la jubilación se antoja como importante.
La falta de objetivos es uno de los grandes problemas para ahorrar incluso cuando te lo puedes permitir. Esto no es casual ya que, cuestan mucho más visualizar el beneficio en un objetivo a largo plazo que el beneficio inmediato, por ejemplo, el consumo. Una manera de solucionar esto es alternar el ahorro a corto plazo con pequeños objetivos con el ahorro a largo plazo con grandes objetivos. Al cumplir los pequeños objetivos la sensación de éxito en el ahorro va instalándose y ayuda a convertirlo en hábito.
No saber cuánto dinero ahorrar
Aunque esto puede no parecer un problema, realmente lo es, y grave. No saber cuánto dinero ahorrar genera una confusión que, habitualmente, acaba por desanimar al ahorrador. Es una cuestión de método. Es preferible ahorrar todos los meses una pequeña cantidad que pretender de repente ahorrar una gran cantidad que, a los días, deberemos utilizar para otras necesidades.
Por tanto, efectivamente, planificar la cantidad de dinero que se puede ahorrar es muy importante. Y hay que pensar que no es lo mismo para todas las personas. Generalmente un buen ahorro será el que se sitúe entre el 10% y el 30% de los ingresos brutos. Pero, es preferible ahorrar un 5% de los ingresos de manera sistemática a no ahorrar nada o tratar de ahorrar de manera caótica.
No elegir bien las herramientas de ahorro
No elegir de manera correcta las herramientas de ahorro es otro de los problemas graves con los que se enfrenta quien desea ahorrar, pero generalmente no lo consigue.
Cuando no se eligen herramientas para ahorrar el problema es que hay que tomar decisiones mes tras mes sobre el destino del dinero. Esto, en un mundo consumista donde el gasto está a un clic de nuestro propio teléfono móvil, es complejo cuando menos.
La solución es elegir correctamente una serie de herramientas de ahorro, que pueden ir desde productos de inversión hasta planes de pensiones (aunque conociendo lo que son y lo que significan) u otros modelos de inversión alternativa. El caso es que no tengamos duda sobre dónde enviar nuestro dinero todos los meses cuando apartamos la parte correspondiente al ahorro.
