En Austria se aplica un sistema individual de acumulación -el 1,53% del salario bruto que paga el empresario- para que el trabajador pueda usarlo como pensión, indemnización por despido, capital para emprender o si cambia de trabajo.
El sistema de pensiones español lleva años en entredicho. Tal y como se encuentra estructurado en la actualidad, sencillamente, no es sostenible. Las cifras así lo atestiguan:
- La factura de la paga pública de jubilación rebasa los 9.500 millones de euros al mes.
- Por cada 100 personas que cuentan con puesto de trabajo hay más de 50 pensionistas.
- Como resultado de esa desproporción, el déficit de la Seguridad Social ronda los 20.000 millones de euros anuales.
Con ‘la hucha de las pensiones’ casi finiquitada (oficialmente conocida como Fondo de Reserva de las Pensiones); la esperanza de vida que sigue al alza (83 años de media); un número de retirados que no para de crecer (aquí puedes descubrir cuántas personas se jubilan al año en España); y las pensiones aumentando en cuantía, el futuro no es precisamente alentador. Además de que los políticos parecen haber olvidado que existe el Pacto de Toledo como foro para intentar abordar la reforma de las pensiones públicas de jubilación.
En esa tesitura, se han planteado varias posibles soluciones, entre ellas, la mochila austríaca: te contamos qué es y cómo funciona.
Qué es la mochila austríaca
Esta herramienta -que, como es lógico, toma su nombre del país en el que se aplica- consiste en un sistema individual de acumulación de capital proveniente del salario bruto. El empresario o parte contratante destina un 1,53 % del sueldo del trabajador antes de impuestos a ese instrumento. Sin embargo, ese dinero no simplemente se amontona, sino que se trata de un fondo que se invierte para lograr rentabilidad. Eso sí, el Estado es garante del 100% del montante.
Cómo funciona la mochila austríaca
¿A qué se dedica el porcentaje del salario bruto integrado en la mochila austríaca? Pues íntegramente al empleado, sea el caso que sea de entre los que figuran a continuación, pero siempre al trabajador.
- Si es despedido, la mochila será su indemnización.
- Si cambia de empleo, ‘carga’ con la mochila, es decir, que no la pierde y se va acumulando capital.
- Si se lanza a emprender y crea una empresa o se hace autónomo, también puede usar el dinero de la mochila.
La mochila austríaca y la pensión de jubilación
La mochila austríaca es una herramienta de lo más versátil, dado que, además de para los supuestos enumerados, está contemplada como complemento de la pensión por retiro. Si el trabajador no la ha utilizado nunca por haber evitado los casos anteriores, y ha desarrollado una vida laboral media, la cantidad que reciba al jubilarse será considerable. Si ha necesitado disponer de algún montante, al capital que le tocará se le habrá restado la parte proporcional a lo consumido. En ese sentido, aquí puedes descubrir cuántos ingresos se pierden en el momento de la jubilación).
¿Qué sucede si, jubilado o en activo, el empleado fallece? Pues que de nuevo este instrumento hace gala de su flexibilidad: la mochila austríaca es heredable.
Ventajas de la mochila austríaca
Los críticos con la mochila austríaca se encuentran tanto entre los trabajadores como en el colectivo de los empresarios. Los primeros creen que acabarían ‘pagando el pato’, mientras que los segundos piensan ‘tres cuartos de lo mismo’. Lo cierto es que este sistema tiene puntos a favor:
- La mochila austríaca se convertirá, antes o después, en parte de tu retribución laboral. Aunque no la veas cada mes, es una cuestión de tiempo que acabe llegando a tu bolsillo.
- La mochila austríaca es personal, de cada trabajador, no se trata de un sistema compartido.
- La mochila austríaca incentiva e incrementa la productividad.
- La mochila austríaca promueve la contratación, ya que elimina el desconocimiento de los costes laborales futuros que tiene un empresario en España.
- La mochila austríaca es aplicable en su país de origen porque en él existe un contrato fijo único, con contadas excepciones para los temporales, que pasaría a ser una modalidad residual en el mercado de trabajo nacional.
- Con la mochila austríaca no hay límites en la indemnización por despido, se ciñe a lo acumulado.
- Con la mochila austríaca el empleado no se ve obligado a seguir en su puesto de trabajo por miedo a perder los derechos adquiridos.
Inconvenientes de la mochila austríaca
Sin embargo, como en todo sistema, la mochila austríaca tiene también sus contras:
- Desde el punto de vista del empleado, lo peor es que la mochila austríaca elimina las trabas al despido, ya que hacerlo no conlleva coste para la empresa.
- Tomando la óptica del empresario, la mochila austríaca eleva los costes laborales, dado que él es quien paga el porcentaje del salario bruto que se destina a ese instrumento de previsión.
¿Aplicar en España la mochila austríaca?
Aunque el modelo austríaco no es la única alternativa que se plantea (también se habla de las cuentas nocionales que se utilizan en Suecia), sí es una opción para los actuales gobernantes en funciones y que, según parece, acabarán formando un nuevo Ejecutivo.
De esta manera, en diversa documentación remitida a Bruselas por el Gobierno, se valora la puesta en marcha progresiva de un sistema de cuentas individuales de capitalización por medio de un fondo que permita a los trabajadores “hacer efectivo el abono de las cantidades acumuladas a su favor en los casos de despido improcedente, de movilidad geográfica, para el desarrollo de actividades de formación o en su jubilación”. El objetivo es reducir la segmentación del mercado laboral y fomentar las contratos indefinidos.
¿Llegará la mochila austríaca a España? A pesar de que su aplicación es compleja, requeriría un cambio de mentalidad tanto en empleados como en empresarios y ya fue desechada hace años por un coste estimado en 10.000 millones de euros, no es una posibilidad aún descartada.
Lo que sí está claro es que algo deben hacer los responsables políticos para reformar el sistema público de pensiones y, así, lograr que éste quede saneado, asentado y bien armado de cara al futuro.
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