El objetivo del plan de pensiones es servir como complemento de la pensión pública y permitir al beneficiario mantener su nivel de vida anterior a la jubilación. Pero calcular exactamente el dinero necesario tras dejar de trabajar no es fácil, sobre todo porque nadie sabe cuánto va vivir ¿Y si sobrevives a tu plan de pensiones? ¿Qué ocurre en esos?
Lo primero que debes saber es que salvo en los planes de prestación definida, el dinero de un plan de pensiones es finito. Tanto aportas, tanto renta y tanto tienes una vez llegado el momento de tu jubilación. A partir de ahí, todos los partícipes pueden elegir la forma en la que rescatarán su plan -recuerda que cada una tiene una fiscalidad diferente– y el dinero que cobrarán en cada momento, tanto si es mensual, trimestral, semestral o anualmente. El problema es dar con la cifra adecuada.
Desde la década de los años 90 se viene utilizando, especialmente en Estados Unidos, lo que se conoce como la regla del 4%. De forma resumida, esta directriz invita a retirar el 4% del plan de pensiones el primer año e ir incrementando esa cantidad a razón de un 2% anual. Al hacerlo el contribuyente tiene entre un 70% y un 80% de posibilidades de que sus ahorros duren 30 años. Ahora, más de 15 años después hay quienes ponen en duda su eficacia. Un reciente estudio conjunto de American College, Texas tech y Morningstar sugiere que, dado el bajo rendimiento de la inversión hoy en día en comparación con otras épocas, sería necesario rebajar el importe inicial hasta un 3% del capital.
Del mismo modo, una investigación de PricewaterhouseCoopers resalta que la premisa básica de la regla del 4%, que la forma en la que gastamos al jubilarnos crece acorde al ritmo de la inflación, no siempre se corresponde con la realidad. De hecho, muchas personas gastan más y de forma más descontrolada en los primeros años tras jubilarse y después recortan los gastos en ocio para hacer frente al aumento de los gastos médicos.
El problema de la nueva regla del 3% es que esa cantidad de partida puede no ser suficiente para buena parte de las personas. Además, sólo quienes son capaces de seguir consiguiendo un buen rendimiento para los ahorros pendientes de cobrar pueden estar seguros incluso con estos porcentajes. En cualquier caso, la clave en este punto es ir controlando los gastos y ajustarlos a cada momento. Un modo de hacerlo es a través del Método Monte Carlo para realizar las proyecciones y determinar si lo que llevas ahorrado te permitirá o no alcanzar el nivel de vida que quieres. Si el resultado es un porcentaje del 80% o mayor, es que vas por buen camino. En el caso contrario, sólo quiere decir que es muy posible que tengas que gastar un poco menos de lo pensado, sobre todo en los últimos años.
A la hora de afrontar la jubilación es clave saber adaptar los gastos al dinero disponible y elegir bien la forma de recuperar el dinero. Dejando de lado las cuestiones fiscales que siempre deberías repasar, si eres capaz de hacer crecer el dinero por tu cuenta y no te importa e incluso te gusta gestionar capital y se te da bien, puede que retirar el plan en forma de capital sea lo más apropiado y lo más rentable. En caso contrario, por ahora el de la mayoría de las personas, optar por una renta mensual e dará menos flexibilidad sobre cómo rentabilizar el dinero, pero más seguridad a la hora de lo que puedes gastar en cada momento.
La elección, como siempre, es de lo más personal ¿cuál es la tuya?
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