Tradicionalmente, con la llegada de fin de año, se aceleran las campañas comerciales alrededor de los planes de pensiones. Desde las bonificaciones por traspaso, hasta la oferta de nuevas contrataciones. Sin embargo, este año, con la gran reducción de los beneficios fiscales de los planes de pensiones individuales, la situación no pinta muy bien en cuanto a captación. En este contexto, es legítimo preguntarse si es interesante continuar o no con la aportación al plan de pensiones.
Para muchos la reducción de la aportación a 2000 € en los planes de pensiones (y la consiguiente reducción del beneficio fiscal que suponía poder llegar a desgravar hasta 8000 €) ha restado atractivo a un producto, los planes de pensiones individuales, que ya de por sí venía sufriendo palos serios por parte tanto de los analistas de productos financieros, como por parte de los usuarios que, durante años, contrataron este tipo de productos casi de manera lateral asociados, por ejemplo, a préstamos hipotecarios o a otros beneficios bancarios.
Qué está pasando con las aportaciones a planes de pensiones
Y en este contexto, de pérdida de interés y, probablemente, de caída en picado de la suscripción de nuevos planes de pensiones. Aquellos usuarios que llevan años aportando su plan de pensiones, y que verán como su beneficio fiscal se reduce en un 75% respecto a la aportación de otros años, pueden preguntarse si merece o no la pena aportar (si aún no lo han hecho) en este año 2021.
Como de costumbre, cuando hablamos de productos financieros, no hay una respuesta universal. Pero, si hubiera que inclinarse hacia algún lado, la tendencia sería a mostrarse favorable a continuar las aportaciones al plan de pensiones.
La reflexión es relativamente sencilla de entender. Aunque, la media de la rentabilidad de los planes de pensiones está muy por debajo de la media de rentabilidad de otros productos de inversión, los fondos indexados sin ir más lejos, se trata de un modelo de inversión a largo plazo.
Independientemente de los motivos por los que se haya suscrito un plan de pensiones, mantener el plan de pensiones congelado, aunque puede ir aumentando paulatinamente el valor con el paso del tiempo, no es tampoco la mejor de las decisiones si, pensamos, que se trata de un producto a muy largo plazo orientado al rescate en la jubilación. Y, a esto, siempre debemos añadir el hecho de que, aunque el producto funcione regular, a largo plazo el trabajo de interés compuesto puede mejorar el resultado.
En este sentido, una reducción de la aportación a 2000 €, a pesar de la disminución de la ventaja fiscal, continuará proporcionando cierto beneficio, y, no es una aportación elevada para quien ya aporta 8000 € anuales, a la vez que mantendrá vivo el producto.
Cuestión aparte será en aquellos casos en los que, aprovechando el tirón de los planes de pensiones de empleo, considere que le resulta más interesante elegir este modelo, y colocar sus aportaciones en otro tipo de herramientas complementarias. Se trata de una decisión personal que, obviamente, dependerá de las condiciones económicas, de ahorro y de proyección financiera de futuro de cada uno.