Los ahorradores están a la búsqueda de un producto financiero que les permita rentabilizar su dinero sin asumir grandes riesgos. Si los depósitos bancarios fueron durante algún tiempo el producto de preferencia, la escasa rentabilidad que ofrecen en estos momentos, abre todo un abanico de alternativas y posibilidades para invertir.
En este sentido, ganan terreno los seguros de ahorro. Productos específicos para el ahorro. El inversor irá realizando unas aportaciones que le irán generando una rentabilidad.
Funcionamiento de los seguros de ahorro
- Son comercializados por compañías aseguradoras. Su funcionamiento es similar al de un seguro de vida pero su finalidad es la de incentivar el ahorro privado de los inversores.
- Su rentabilidad se garantiza a plazos de tres, seis o doce meses. Además, son objetos de revisión periódica.
- El inversor está obligado a realizar una serie de aportaciones periódicas (mensuales, trimestrales, semestrales, etc.) Esta obligación también puede hacer referencia la cantidad de las aportaciones.
- La rentabilidad estará en función del tipo de seguro de ahorro. Por regla general, el inversor podrá recuperar el dinero aportado más el interés fijado que suele rondar el 4%.
- Su uso más frecuente es para contar con un complemento a la pensión de jubilación.
- Suelen estar exentos de fiscalidad mientras dure el periodo de contratación o se rescate el dinero invertido
- No están protegidos por el Fondo de Garantía.
- La rentabilidad ofrecida por los seguros de ahorro se realiza sobre la prima satisfecha. Esto implica que no recibiremos abonos hasta que no venza el plazo.
- Funcionan como seguros de vida, lo que implica que ante el fallecimiento de su titular el beneficiario del seguro podrá rescatar el dinero.
- Las compañías de seguro ofrecen una amplia gamas de seguros de ahorro. Seguros destinados al corto plazo o más a largo plazo.
Seguros de ahorro destacados
Entre la gama de seguros de ahorro que podemos encontrar en el mercado destacan:
Los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS) son productos financieros pensados específicamente para ahorrar y disponer de ese dinero aportado durante su vigencia en un determinado momento. La aportación máxima que anualmente se puede realizar al plan es de 8.000 euros. La suma de todas las primas no podrá superar los 240.000 euros por titular.
Planes de Previsión Asegurados (PPA). El asegurado realiza una serie de aportaciones. El capital aportado a ese Plan de Previsión será recibido en el momento de su jubilación más los rendimientos generados por el dinero durante ese tiempo. Están pensados especialmente para dar cobertura a la jubilación.