No vamos a hablar ya de las condiciones actuales de los planes de pensiones, o de si son competitivos o no. En un momento como el actual, resulta más relevante tratar de valorar si merece la pena colocar parte de nuestro dinero o no hacerlo en estos productos.
Como siempre que se trata de productos financieros, la respuesta no es sencilla. En primer lugar, porque depende en buena medida del perfil de los propios ahorradores, pero también porque no existe una solución universal que acierte en todos los casos respecto a qué es y qué no es adecuado en finanzas.
¿A quién le pueden interesar los planes de pensiones en la actualidad?
Realmente la bajada de la cantidad a desgravar y también la bajada del rendimiento de estos productos los ha hecho poco interesantes. Por otro lado, si bien hace no muchos años se nos vendía como un producto que con el paso del tiempo mejoraba de manera sustancial, lo cierto es que no son tantos los planes de pensiones que realmente han arrojado resultados espectaculares.
De hecho, incluso en el medio plazo, una buena parte de estos productos ha presentado un resultado mediocre. Por tanto, si restamos una menor desgravación y un resultado relativamente mediocre en un contexto de tipos de interés bajo, lo cierto es que no parece que fueran muy atractivos para nadie.
Sin embargo, esto no es correcto. Si tenemos en cuenta que la realidad del ahorro para la jubilación se basa en algo tan sencillo (a veces tan difícil de llevar a cabo) como la diversificación, entendemos que es muy necesario incorporar diferentes productos y herramientas de ahorro.
Los planes de pensiones son una de estas herramientas de ahorro y a pesar de no tener un gran interés para la media, debido ya citado, sigue siendo una herramienta que proporciona cierta desgravación y que a medio y largo plazo pueden otorgar una rentabilidad relativamente aceptable.
Parece difícil que en un momento como el actual, se trate de un producto que atraiga a un ahorrador que quiera valorarlo en exclusiva para su jubilación. Sin embargo, no parece tan complicado que pueda ser interesante como herramienta de diversificación para ahorradores que colocan su dinero en diferentes productos. Además, el atractivo de la desgravación, aunque sea sobre una cantidad menor, sigue siendo interesante.
Por otro lado, también debemos tener en cuenta que los planes de pensiones de empleo, que se pretenden potenciar desde el recorte de la desgravación a los individuales, tampoco están progresando a la velocidad que se les presuponía.
Esto significa que el modelo de ahorro que supone este tipo de herramientas tiene un vacío importante en cuanto a presencia activa. Si esto se suma que los tipos de interés parece que van a crecer, y estamos esperando los movimientos de los bancos centrales, fundamentalmente norteamericano y el europeo en este sentido, podría ser que, con el fin de año, la reactivación de las campañas de bonificación y un aumento potencial de la rentabilidad esperada, volvieran a tomar cierto impulso.