Ahora que los planes de pensiones individuales están perdiendo interés, debido al recorte del beneficio fiscal, muchos partícipes de planes de pensiones comienzan a ser conscientes del tipo de producto que, en su momento, contrataron.
Y es que, recordamos, uno de los problemas graves de los planes de pensiones en el pasado reciente, es que la mayoría de los suscriptores de estos productos no sabían ni qué tipo de producto había contratado. Lo cual, a su vez, llevaba a una especie de imagen bondadosa de los planes de pensiones en los que, estos eran todos productos garantizados, y obviamente y mucho menos.
De hecho, los planes de pensiones (salvo los garantizados) no ofrecen ningún tipo de rentabilidad pactada, de hecho, esa rentabilidad como cualquier otro producto de ahorro o inversión, va a depender de las operaciones inversoras que se realicen con el dinero de los partícipes.
Dependiendo de la categoría del plan, el partícipe asume más o menos riesgos, pero, en cualquier caso, el plan de pensiones no garantiza ninguna rentabilidad, pudiendo ser negativa.
Planes de pensiones de renta fija
Los títulos de renta fija, al igual que los de renta variable, fluctúan en los mercados financieros. Un incremento de los tipos de interés o un incremento en el riesgo de quiebra de alguno de los emisores de los bonos en los que invierta el fondo de pensiones son las causas más comunes de las posibles pérdidas que se pueden generar a corto plazo en un plan de pensiones de renta fija.
Es un error pensar que la renta fija no tiene riesgo. Si bien es cierto que es un modelo de inversión más seguro que la renta variable, precisamente momentos como el actual con la inflación creciente, el riesgo de tipos de interés es más que real. Es un riesgo en el que el dinero deja de valer lo mismo cara al poder adquisitivo ya que no crece al mismo ritmo que lo hace la inflación.
Planes de pensiones garantizados
Las entidades financieras promotoras del plan suelen ofrecer a los partícipes de planes individuales una garantía referida a la obtención de un cierto valor del derecho consolidado en una fecha determinada.
Dicha rentabilidad suele estar condicionada por un compromiso de fidelización, es decir, de permanencia en el plan de pensiones hasta una fecha determinada. Suelen abarcar un periodo preestablecido, no toda la duración del plan.
Cabe destacar que no es el plan de pensiones quien garantiza la rentabilidad y, por tanto, la garantía es exigible a la entidad financiera que se obliga a satisfacerla directamente al partícipe, no al propio plan.
Cómo funciona un plan de pensiones garantizado
Dicho en otras palabras, para que lo entiendas mejor: el plan de pensiones invertirá tu dinero como lo haría cualquier otro producto de ahorro a largo plazo, pudiendo ganar o perder.
Si los gestores cumplen con las expectativas y ganan, cobrarás en función de lo acordado cuando llegue la fecha de vencimiento. Lo mejor de todo es que también cobrarás, o por lo menos recuperarás tu dinero, en caso de que los gestores lo hagan mal y el plan de pensiones pierda rentabilidad, tal y como ha venido ocurriendo en los últimos años.
Quién garantiza el plan de pensiones
El plan de pensiones está garantizado, pero ¿por quién? ¿Qué organización se hará cargo en caso de que el plan haya perdido dinero? Normalmente será la propia entidad quien pague con sus propias reservas o, en el mejor de los casos, mediante una garantía externa contratada a una aseguradora.
Dicho de otra forma, ni la entidad gestora del fondo de pensiones ni mucho menos el Fondo de Garantía de Pensiones asumirán ese compromiso.
En el peor de los casos, el banco en el que contrataste el plan podría quebrar y tu dinero no estaría asegurado, como ya se ha indicado.