¿Tienes 30 años y no ahorras para la jubilación? Te estás equivocando

Hasta hace tan sólo unos pocos años se tenía un concepto equivocado en nuestro país sobre el ahorro para la jubilación. Se orientaba a herramientas como los planes de pensiones de manera exclusiva y se veía más como una fórmula de desgravación. Sin embargo, con el paso del tiempo, y siguiendo la estela del resto de países europeos, hemos ido tomando conciencia de la importancia del ahorro para la jubilación.

Prejubilación

Y una de las claves de este ahorro, que todavía no ha calado bien en España, es la importancia de comenzar a ahorrar cuanto antes. Si tienes 30 años, estas en el mercado laboral y tienes cierta capacidad de ahorro, pero no estás orientando una parte de tu ahorro o inversión a largo plazo en la jubilación te estás equivocando.

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¿Cuándo hay que empezar a ahorrar para la jubilación?

Cuanto antes. Si es posible comenzar a destinar una parte de nuestros ingresos a la inversión o el ahorro a largo plazo nada más incorporarlos al mercado laboral mejor.

La explicación es bastante simple. Para aquellas personas que se han incorporado a trabajar en los últimos años o lo están haciendo en la actualidad, la modificación sobre las futuras pensiones públicas de jubilación va a ser notable. Aún no sabemos hacia dónde va el futuro en este sentido, pero desde luego no a que crezcan.

Esto significa que en un plazo de 35 o 40 años, la necesidad de ingresos complementarios a la pensión pública de jubilación va a ser una realidad creciente.

Si ya hoy en día la pérdida de poder adquisitivo tras la jubilación suele ser notable, el futuro la previsión es que esto se multiplique de manera muy sensible.

Por tanto, y teniendo en cuenta la ventaja que puede suponer el largo plazo a través de herramientas como el interés compuesto, cuanto antes comencemos a construir nuestros futuros ingresos complementarios tenemos mayor capacidad de crear carteras saludables.

Pero, más aún, el largo plazo lo que nos va a permitir es con el paso del tiempo ir graduando los niveles de riesgo y rentabilidad de los productos.

Por ejemplo, si comenzamos a invertir con 30 años una parte de nuestro ahorro en productos agresivos, es cierto que los exponemos a riesgo, pero también que la perspectiva de rentabilidad es superior. Esto se traducirá en que, con el paso del tiempo, se va equilibrando la ganancia y la pérdida de manera que se pueden obtener buenos promedios.

Y, posteriormente, a medida que pasa el tiempo y vayamos necesitando consolidar lo obtenido, y no reduciendo la exposición al riesgo a través de productos menos agresivos, o incluso, en los últimos años previos a la jubilación garantizados.

Puede que te parezca que 30 años es una cifra lejana, pero lo cierto es que cuanto más tarde comienzas ahorrar e invertir para la jubilación, menor capacidad de crear buen capital complementario vas a tener o, en el mejor de los casos, tendrás que aportar mucho más al ahorro y la inversión de lo que podrías hacer construyendo una cartera desde abajo.