Entre la oferta de planes de pensiones podemos encontrar distintos grados de riesgo (Alto, Medio y Bajo) en función de los activos en los que invierte el Plan. La rentabilidad que podemos obtener será mayor cuando el riesgo es alto, pero también la probabilidad de que obten
gamos un rendimiento negativo. Los bancos sabrán informarnos sobre el mismo.
Ese riesgo deberá de ser evaluado y dependerá del perfil del usuario, pero es habitual que se elija un perfil de riesgo elevado cuando más tiempo queda para la edad de jubilación, e ir minimizando el riesgo cuando se acerque la misma.
• Riesgo Alto:
RentaVariable: Son planes que invierten más del 75% de la cartera en activos de renta variable.
• Riesgo Medio:
Renta Variable Mixta: Cuando entre el 30 y el 75% de la cartera en activos de renta variable.
Renta Fija Mixta: Invierten menos del 30% de la cartera de activos de renta variable.
• Riesgo Bajo:
Renta Fija a corto Plazo: No incluyen activos de renta variable ni derivados cuyo subyacente no sea de renta fija. Además la duración de la cartera será inferior o igual a dos años.
Renta Fija a Largo Plazo: Tampoco incluyen activos de renta variable ni derivados cuyo subyacente no sea de renta fija. La diferencia con el grupo anterior radica en la duración media de la cartera que será superior a dos años.
Planes Garantizados: Son planes en los que existe garantía externa de un determinado.
Los Planes y Fondos de Pensiones son un producto de ahorro finalista y permiten constituir de forma totalmente flexible un capital que percibirá el trabajador en el momento de su jubilación, mediante aportaciones realizadas por él mismo y por la empresa.
Además, este instrumento cubre también las contingencias de invalidez permanente (salvo la parcial) y de fallecimiento, además de disfrutar de liquidez en caso de enfermedad grave o paro prolongado. Por lo tanto, ofrece igualmente cobertura ante situaciones de riesgo, y a pesar de que es un producto de medio y largo plazo, ofrece al titular plena disponibilidad de su ahorro en caso de necesidad.
Las aportaciones realizadas al Plan disfrutan de grandes ventajas fiscales ya que la empresa se las deduce en su Impuesto de Sociedades y el trabajador se las desgrava en la base imponible de su IRPF.
La principal ventaja es reducir la base imponible del IRPF, con los siguientes límites máximos, dependiendo de la edad del aportante:
- Si usted tiene hasta 50 años, el límite anual es 10.000 € (con el tope del 30% de la suma de los rendimientos del trabajo y de actividades económicas)
- Si tiene más de 50 años, el límite es de 12.500 € (con un tope del 50% de los ingresos).
Estos límites podrán subir ya que, con independencia de las reducciones anteriores, si su cónyuge percibe rentas inferiores a 8.000 euros anuales, podrá reducir las aportaciones realizadas a favor de su cónyuge, con el límite máximo anual de 2.000 euros.
Existen casos especiales para aquellas personas con minusvalía igual o superior al 65%, que podrán aportar hasta un límite de 24.250 euros. Y si usted es familiar de minusválido en línea directa, colateral hasta el tercer grado o cónyuge, y quiere hacer aportaciones a favor de éste, podrá hacerlas de forma complementaria a la suya, siempre con el límite de 10.000 euros anuales. En ningún caso podrá superarse conjuntamente el límite de 24.250 €.